Incomodidad

                                                        ¿Qué nos dice la incomodidad?

                                         Dar el paso a reconectar con mi esencia Yo Soy

 

Sostenemos diversos pensamientos sobre nosotros mismos desde una concepción compartimentada distribuidas en categorías, pensando es esto o lo otro, soy esto y esto otro no, sin poder ver los matices, los potenciales y la posibilidad de integrar y unir.

Detrás están las defensas, una estructura frágil aprendida basada en justificaciones, identificándonos con ciertas características para no movernos de lugar por temor y comodidad, quién sabe con qué me voy a encontrar, me puede doler, o puedo quedarme sin un piso que me siga autoafirmando en mi identidad. Tic tac incomodidad.

Por ejemplo, suelo escuchar decir a varios, es que soy racional, la vida es pragmática, lo concreto, no puedo ser diferente. Estas frases las llamaremos “los enemigos del aprendizaje” porque nos cierran posibilidades, de ampliar la visión de nosotros mismos y atrevernos a experimentar una dimensión maravillosa de nosotros mismos que está disponible.

Por un lado, definirnos “Soy racional, tengo mente ingenieril” nos posiciona en cierto status, donde antiguamente era muy valorado, mostraba indicios de inteligencia superior, una inteligencia que no todos tenían, envuelta en un halo silencioso de soy mejor que.

Al decirnos o definirnos “Soy racional” es una parte de un todo con muchas otras dimensiones. Nos estamos limitando a la posibilidad de darnos cuenta, que somos mucho más que ser racional, pragmático, concreto. Nos limitamos a ver quién realmente somos en nuestra completitud. Es entonces, que requerimos mirarnos y mirar el mundo que nos rodea con el corazón, desde ese lugar de posibilidades.

Definirnos en un absoluto Racional es negar nuestro Ser Espiritual, ambos coexisten, solo que lo olvidamos y aún más, aprendimos a relacionarlo con religión, a asociarlo a los místicos, don otorgado solo a algunos, don desarrollado por algunos e incluso, a la distorsión que ser espiritual no nos lleva a buen puerto en el mundo material. La materia es energía, el dinero también es energía y Todos somos espirituales, provenimos del espíritu, la gran energía creadora. La razón es una forma de consciencia, la consciencia es parte del espíritu. ¿Te das cuenta que es un todo que hemos separado y compartimentado?

Cuando nos limitamos en la definición de nosotros mismos, surge la insatisfacción e incomodidad, vienen pensamientos y sensaciones que el “mundo que me rodea, el lugar geográfico donde vivo” es insostenible. Argumentando que la gente está agresiva, que las cosas no funcionan como deberían de funcionar. Surge la necesidad de cambiar de lugar geográfico y social, laboral e incluso familiar o relacional. Probablemente, es nuestro ego, que inconscientemente pulsa con pensamientos tales como “yo respeto a los demás, soy bueno, la gente está centrada en sí misma, no les importa el otro, están cada vez peor, egoístas y yo no le hago daño a nadie, trato de mostrarles, enseñarles a los demás cómo se hacen las cosas y no entienden, la gente así me tiene agotado/a”. ¿Te parecen conocidas esas frases?

Todo esto viene de creencias que formatearon nuestro ser y accionar. Buscamos soluciones afuera, convencidos que son las personas, los lugares que “nos enferman, hacen daño”. Observo definición de “soy racional” y en ese ser racional se esconde una gran sensibilidad, una persona perceptiva, con muchos dones, sin embargo, sabe conducirse desde su mente pragmática porque es un lugar seguro, el que le dijeron que era y debía ser para ser exitoso en la vida. Se define pragmático/a ocultando su sensibilidad y vulnerabilidad, porque es un mundo desconocido, que cree que es gobernable a través de la mente y acciones concretas, visibles desde fuera. Es hora de integrar y unir mente, corazón, cuerpo, alma en el espíritu creador.  

¿A qué se debe que nos definimos Soy esto, así Soy Yo? Nos hemos ido definiendo según los condicionamientos sociales, para ser amados, aceptados, postergando nuestra conexión en amor a nosotros mismos, colocando el valor afuera, en lo que otros esperan de uno, en lo que me dijeron quién era y cómo era, y cómo se deben hacer las cosas. Es decir, prisioneros/as de formas, porque aprendimos a desconectarnos de Madre Tierra y de nuestra propia naturaleza y esencia del alma. Nos fuimos desconectando de nuestra fuente de Amor Universal.

Visualiza que eres parte de este gran planeta azul, todos conformamos una unidad, nos necesitamos. Tu eres una neurona dentro de millones de neuronas aquí en la Tierra y en el Universo. La Tierra a su vez es una gran célula dentro de millones de células en el Universo. Todas entrelazadas conformando un sistema unificado dentro de un sistema mayor. Nada sobra y nada falta. Estamos aquí para experimentar las dualidades y polaridades, para recordar quién Soy, y qué vine a experimentar.

¿Qué es verdaderamente el “Yo Soy”? es un concepto que se refiere a que todo lo que existe forma parte de un único ser, que vive a través de los tiempos y espacios. Cuando encontramos nuestra coherencia en nuestro YO pudiendo SER en armonía, teniendo alineados el cuerpo físico, emocional y mental, entre lo que hacemos, sentimos y pensamos nos transformamos en un agente activo en la Consciencia del YO SOY, del espíritu unificado.

¿Cómo lograrlo o hacerlo?

Sin duda ese primer paso es uno de los más difíciles, pero también uno que nos llevará a lugares que jamás imaginamos.

El miedo, la incertidumbre, las inseguridades, la mente o la culpa nos impiden dar un paso nuevo, distinto. Lo complicado de no actuar es que el lugar en el que estamos en este momento ya es suficientemente incómodo y probablemente doloroso, por más anestesiado que lo llevemos, tic tac pulsa la incomodidad.

El proceso de cambio también es incómodo y doloroso, por lo que ambas situaciones son incómodas, una es mirar y abrazar lo que nos incomoda, duele, pesa para liberarnos de aquello o la otra es seguir en esa zona sin hacer nada más que hacernos los ciegos y sordos. La diferencia está en la intensidad y en saber que uno de los dolores puede ser temporal y el otro puede ser para toda la vida. De ti depende lo que elijes y quieres sostener o liberarte.

Cuando rechazamos o ignoramos ese paso importante del cambio, estamos fortaleciendo esos miedos y la voz de inseguridad adentro nuestro. De alguna forma u otra justificamos estar dónde estamos o le echamos la culpa a los factores externos porque no podemos salir de la situación dónde estamos. Eso crea una bola de nieve en dónde los miedos se van fortaleciendo y las creencias de que no es posible lograr el cambio van tomando más poder sobre nosotros. Una rueda que gira sin fin sobre si misma una y otra vez.

Entendemos confusamente, que meditar es para algunos, para los iluminados o los que quieren alcanzar la iluminación. Meditar es un acto de conectar con nosotros mismos, con nuestra divinidad, conectados a la Tierra y al Cielo, integrándonos y reconociéndonos parte de un todo entrelazado, sistémico. Meditar es traer luz a nuestro cuerpo físico, cuerpo mental y cuerpo emocional. Meditar es anclar el cielo en la Tierra e integrar sus dimensiones.  Meditar es cuando en el silencio mental escuchamos nuestro latir y respiración, escuchamos nuestra alma que nos habla suavemente, sea a través de imágenes, colores, texturas, números, olores, sonidos, sensaciones, temperaturas, formas y tanto más. Meditar es un acto amoroso de confianza y entrega, es permitirnos fluir como el agua en su cauce en la montaña en sus deshielos, en sus ríos o riachuelos, en sus vertientes y napas subterráneas. Meditar es conectar, escuchar, anclar, integrar, unir y unirnos a la fuente original de amor que somos. Meditar es integrar los cuatro elementos fuego, aire, agua y tierra dentro de nosotros y en lo que nos rodea. Es integrar dentro de nosotros las cuatro direcciones, también. Es alinear e integrar nuestros centros energéticos. Y ¿Por qué no decirlo? Unirnos al Sol Central de la galaxia que nos guía cuánticamente a través de la emisión de luz de sus rayos. Vamos paso a paso, uno a la vez.

 

¿Por dónde comienzo?

Primer paso: Me reconozco la suma de muchas partes. Me reconozco y acepto con … (fortalezas y debilidades, aciertos y errores). Me abro, me observo, me abrazo y acepto con amor.

Segundo paso: Confío, Confío, Confío. Confío que soy un aprendiz en evolución, confío en que los errores del pasado, presente y futuro son mi mayor fuente de aprendizaje. Confío en que elegí lo que quería aprender antes de encarnar y que lo olvidé. Confío en que cada experiencia, situación y personas han estado y están para mi más alto bien, aunque en su momento no lo comprenda o no lo haya comprendido. Confío, Confío, Confío … me conecto y anclo a la Tierra para recordar y Ser.

Me conecto a Madre Tierra, por la planta de mis pies salen y se extienden mis raíces hacia el corazón de la tierra. Por la planta de mis pies dreno mis angustias, miedos, tristezas, inseguridades, condicionamientos, pensamientos tóxicos, patrones mentales. Bajan por mis raíces hacia el núcleo de Madre Tierra. Exhalo, dreno, exhalo, dreno, exhalo, dreno. Mis raíces están firmemente ancladas al corazón de madre Tierra. Inhalo su energía de amor, sube por mis raíces, inhalo, sube, inhalo, sube, inhalo, sube su amor hasta mi chakra corazón. Inhalo ese amor, se expande, inhalo y exhalo, se expande, inhalo y exhalo y me envuelve por completo.

Actúa desde tu consciencia y corazón. Hazte consciente de ti mismo, de tus partes, deja de limitarte, castigarte, menospreciándote en silencio diciéndote no soy suficiente, comparándote con otros, quejándote, o diciendo no puedo. Enamórate de tu Yo Soy, y libérate de quién te dijeron que eras y debías ser y hacer. Mírate, obsérvate, apréciate y deja de justificarte en tu malestar adjudicándole a los demás tu incomodidad. Recuerda, lo que te molesta del mundo que te rodea viene siendo tu espejo, es hora de mirar dentro de ti eso que te molesta. Así como juzgas que te trata el mundo que te rodea, es reflejo de cómo te estás tratando, relacionando contigo en alguno de tus dominios. Cuando me acepto, acepto y comprendo lo que me rodea, dejo de juzgar y justificarme. Integro, me anclo y alineo a mi propia frecuencia de origen y a la frecuencia de Madre Tierra en su bondad infinita entrelazada al Universo Multidimensional.

Tercer paso: ¿Qué dice tu corazón?

Anota en tu bitácora tu lista “Yo soy ….” Durante una semana a diario anda completando esa lista, por lo menos durante 3 días anota 3 frases “Yo soy…”. A la semana siguiente, revisa tu lista, lee una y otra vez, invoca a tu Ser Superior, tu divinidad, conecta y anda escuchando conscientemente lo que te dice tu corazón en cada frase registrada. Anota ese hablar de tu Ser.

Hasta aquí por ahora, Déjate Sorprender con todo lo que hay en ti. Que el Universo se manifieste dentro de ti, observa con tu corazón anclado a Madre Tierra. Cuéntame, si quieres, lo que vas descubriendo, lo que ves en ti y que antes no veías. Cuéntame lo que desees compartir.

Te abrazo celebrando contigo en gratitud y amor  ¡tu Ser Maravilloso!

Alejandra Hammerschlag V  

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>