Volar Alto

Contemplando el vuelo de unos pájaros en altura, me vino el siguiente recordatorio:

La naturaleza nos habla mostrando caminos coherentes. Vuelo de pájaros ascendentes siguiendo las corrientes cálidas, luego para descender buscan corrientes más frías.
De eso va la vida; combinar lo cálido con lo frío para tener la fuerza necesaria para el equilibrio.
Vuelo de confianza, las aves fluyen en su vuelo, confían en si mismas unidas a la naturaleza y propósito de vida. Saben cuando subir y cuando bajar, combinan los elementos del aire.
Combinando cielo y tierra, afuera-adentro, arriba-abajo, lo mismo ocurre con la siembra biosustentable, combinando en una misma melga lo que crece para arriba intercalado con lo que crece hacia abajo, para compartir nutrientes y no desgastar la tierra.
Observar la naturaleza nos regala gran sabiduría, creo tan necesario comprender los ciclos de nuestra madre Tierra y de uno mismo, lo que es afuera es adentro, lo que es adentro es afuera. A mayor conocimiento y entendimiento podemos gestionar e integrar nuestros recursos internos y externos, los propios recursos individuales uniendo cielo y tierra, en equilibrio. Con conocimiento me refiero a conectar con nuestra sabiduría interna.
Volar alto tiene muchas miradas, volar alto es concebirnos en unidad, integrando espiritualidad, conocimiento, intuición y confianza. Volar alto es permitirnos escuchar nuestra divinidad, conectar, validar nuestra sabiduría ancestral. Volar alto es escuchar la propia coherencia, unir cuerpo, mente, emociones y alma alineados. Volar alto es amar quién soy, amar sin juicios, amar en unidad.
Las aves que vuelan lo hacen confiadas, vuelan unidas a la misma conciencia de su especie, su propia naturaleza está conectada y unida a toda la naturaleza.
Esa misma conciencia está en nuestra memoria, sólo que la olvidamos. La olvidamos porque a través de miles de miles de años atrás nos fuimos desconectando de nuestra divinidad interna. Olvidamos que somos parte de un todo, somos unidad y que ese todo está en nosotros.
Nuestro cuerpo guarda memorias, estas memorias se graban gracias a las emociones. El alma registra y guarda esas memorias. Para volar alto y estar alineados en coherencia, requerimos de movimiento. Un cuerpo activo colabora con la evolución personal y colectiva. El sedentarismo genera desequilibrio emocional, mental, físico.
Una espiritualidad desarrollada requiere un cuerpo activo, en movimiento, si ésta no va a la par con el cuerpo, se desarrollará con dificultad y confusión.
El cuerpo en movimiento permite el despertar de la sabiduría interna, ancestral. Un cuerpo en movimiento activa memorias, activa los neurotransmisores de bienestar emocional.
Una emocionalidad que vibra alto, en amor, en confianza es el puente conector con todo para el más alto bien personal y social.
Vivir alineados en coherencia cuerpo-mente-emociones y espíritu es lo que necesita la humanidad para volar alto. La coherencia nos brinda paz, claridad, tranquilidad y confianza. Es nuestra brújula interna. La coherencia nos alinea con el Universo, nos conecta con nuestra divinidad unidos al Todo, a la creación infinita.
Coherencia con lo que siento, pienso, hago, creo y digo. Cuando nos contamos cuentos nos desalineamos, cuando decimos una cosa y sentimos o pensamos otra estamos en incoherencia. El cuerpo manifiesta la incoherencia y las emociones nos la muestran.
¡Volemos Alto querida Humanidad, querido y querida Ser consciente!
Vamos por el equilibrio, combinando nuestros recursos internos, conectando, escuchando nuestro cuerpo, emociones y relatos. Diferenciemos hechos de interpretaciones, hechos de juicios, caminemos en amor al Yo Soy y al Somos.
Un abrazo en vuelo cálido respirando confianza
M. Alejandra Hammerschlag

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>