Quiero, queremos, sueño

Sueño y quiero una sociedad más justa. Justa en dignidad y respeto por la vida, el trabajo, la educación, el transporte, la salud, salarios y pensiones. Sueño y quiero un país donde nos miremos como hermanos, que el valor esté puesto en las personas, no en lo que tienen o no tienen, ni de dónde vienen, ni tampoco el trabajo que realizan, ni cómo se visten o dónde viven, tampoco que discriminemos por etnias, por capacidades cognitivas o físicas.
Sueño y quiero un país con gobernantes y políticos honestos, hombres y mujeres de buena voluntad, con vocación de servicio e incorruptibles. Hombres y mujeres con valores intransables en respeto, rectitud, honorables y con la única ambición de ser mejores personas velando por un país justo, honrando la dignidad de todos los ciudadanos.
Sueño y quiero, que las mallas curriculares tengan por objetivo para todos, el desarrollo de habilidades de pensamiento y habilidades emocionales, el conocimiento sea el medio y no el fin. Quién sabe pensar, aprende todo. Quien sabe reconocer sus emociones y administrarlas, sabrá conducir un país en valores de empatía y respeto.
Sueño y quiero, sueldos honorables, equidad y dignidad salarial para todos los educadores y formadores. Que los profesores de la administración pública tengan sueldos equivalentes a la educación particular. Sueño y quiero que sea una profesión tan valorada y apreciada como medicina. Que quién elija esta profesión sea por verdadera vocación de servicio.
Sueño y quiero, un lugar digno, cálido y acogedor para todos los niños en condición de vulnerabilidad. Donde sean respetados, dignificados, guiados y acompañados, mostrándoles caminos conducentes con amor. Que sus cuidadores tengan condiciones dignas para trabajar, que tengan acompañamiento, contención y apoyo para que puedan dar lo mejor de sí en confianza, tranquilidad, sin que se sientan vulnerados y abandonados por el sistema.
Sueño y quiero, que todas las comunas de mi país tengan parques con árboles, césped y canchas para los niños y jóvenes. Que no existan diferencias, las con verde y sin verde de la naturaleza.
Sueño y quiero, una policía justa, educada en valores transversales donde velen si o si por la dignidad de cada individuo, una policía que respete a su ciudadanía y así mismos. Una policía que no sea cómplice de los policías que abusan y denigran, que roban, maltratan y hacen alianzas con el narcotráfico. Sueño con una policía que sea honorable en sus acciones y conducción. Que sean dignos del respeto de los ciudadanos.
Honro a todos esos jóvenes y adultos, que hoy se manifiestan pacíficamente, que intentan y quieren manifestarse declarando ¡Basta de abusos! ¡Basta de menoscabar la dignidad de niños, jóvenes, adultos y ancianos! ¡Basta de colusiones! ¡Basta de corrupción! ¡Basta de sueldos exageradamente altos para los diputados y senadores, donde unos pocos trabajan sirviendo al país! ¡Basta de hipocresías y cinismos, Basta de rasgar vestiduras! ¡Basta de políticos que sólo piensan en sus beneficios electorales, en los votos, en los sueldos que recibirán y no en la ciudadanía! ¡Basta de populismos y politiquería! ¡Basta de la indolencia e indiferencia! ¡Basta de vanagloriarse algunos empresarios grandes porque dan trabajo, pagando el sueldo mínimo pudiendo pagar más, aprovechándose de las necesidades de trabajo de los que no tienen mejores oportunidades! ¡Basta de pagar menos, según oferta y demanda del mercado, porque hay muchos que anhelan tener una fuente laboral digna en su mismo oficio o profesión! ¡Basta de ciudadanos enardecidos que a través de la ira creen hacer justicia destruyendo y menoscabando! ¡Basta de seguir creyendo en una sola verdad! Un país próspero se construye entre todos, nadie sobra. Una sociedad justa se construye en base de valores, en compromiso responsable. Partiendo por una reflexión individual a lo colectivo, con respeto y veracidad, con flexibilidad y generosidad.
Desapruebo los abusos, el sometimiento, el vandalismo y todo acto de los que se aprovechan de las circunstancias para sacar provecho o generar miedo. Es hora de asumir responsabilidades de un lado y otro, y otro. No más violencia ni abusos ni cegueras. No más desprestigios ni descalificaciones. Basta de los actos carentes de nobleza. Basta de noticias falsas, de campañas del terror. Basta de crear pisos falsos y de desinformar a la ciudadanía.
Tenemos que evolucionar como continente. Abrir los ojos como observadores y actores sociales ante los poderes fácticos egocéntricos e invisibles que sólo quieren beneficios propios. Abrir los ojos observemos en nosotros las creencias que menoscaban la dignidad en conductas, actitudes y lenguaje que hemos naturalizado. Conversemos, reflexionemos, escuchándonos con respeto, acogiendo en apertura sumando miradas. En la ignorancia reinan los poderes fácticos impensados, indeseados e inimaginables.
Es ahora y no más tarde, pensar, desear, sentir y actuar para el más alto bien de nuestro planeta, nuestra sociedad, nuestra nación y hermanos vecinos. Seamos gentiles con nosotros mismos y los demás. Seamos luz en el mundo.
Alejandra Hammerschlag

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