Re-sentir

Observando la historia de la humanidad y reflexionando sobre lo que ocurre no solo en mi país también, en muchos otros me viene a la mente la palabra Resentimiento. Hoy quiero compartir con uds sobre esta emoción. El resentimiento es volver una y otra vez a un sentimiento muy antiguo. Tan antiguo que lo vamos heredando en nuestros genes de generación en generación hasta que alguien dice “Basta, no podemos continuar así, si queremos un mundo vincular en bienestar”. Es entonces, que comienza la transformación individual y social.
Re-Sentir; Ante cualquier situación injusta, dolorosa que vivamos volvemos a sentir con intensidad la rabia, la impotencia. Volver a sentir, cada vez lo mismo es una olla a presión. Olla a presión porque es una emoción que brota de una herida abierta que no ha podido sanar. En este punto, vuelvo a hablar del perdón. Me perdono por haber callado, me perdono por no haber sabido poner límites, me perdono por no haberme dado cuenta, me perdono por lo que tuve que vivir y experimentar en carne propia el abuso. Me perdono por las veces que he abusado de mí y de otros. Y así, podemos agregar a esta lista que nos permite sanar, aceptando el pasado, lo vivido, para perdonarnos a nosotros mismos con el mayor sentido que es la libertad en amor a nosotros. Me perdono, entonces me libero de mis propias cadenas. Te perdono, por el simple acto de amor a mi misma/a, porque renuncio a perpetuar dentro de mi este sentimiento que me nubla el poder ver otras posibilidades. Porque me amo es que perdono. Me perdono y perdono porque quiero avanzar hacia el bien estar, bien ser y bien vivir.
Si queremos ser realmente libres, aprendamos a vivir en coherencia. El resentimiento es una parte del abuso, abuso de mi sintiendo una y otra vez lo mismo. Abuso de mi al no soltar el pasado para vivir el presente en armonía. Abuso de mi al no perdonarme y perdonar. Perdonar no es aprobar, podemos perdonar desaprobando toda acción que vulnera la dignidad del ser. No temamos perdonar, no teman hacerlo, el solo acto dentro de nosotros mismos es un paso de libertad que sana las heridas y al sanarlas vamos evolucionando. Elijamos a diario sentir, no volver a sentir lo mismo trayendo el pasado al presente. ¿Qué tal si nos conectamos con la gratitud? ¿Qué tal si nos conectamos con lo mejor de nosotros mismos y comenzamos a sentirnos suficientes?
Y ¿Si nos conectamos con “Yo soy el cambio”? Cuando yo cambio, cambia mi entorno. Cuando sano mis heridas, comienzan a sanar las de mi entorno. El poder de sanarnos está en cada uno de nosotros. Amándome, amo a los demás. Conectemos con el lado luminoso del amor. Porque el amor en su sombra ha dejado miles de muertos. Por amor a Dios se han cometido atrocidades. Por amor han ocurrido muchas venganzas. Por amor en la historia de la Humanidad se ha distorsionado el entendimiento, confundiendo a las personas, justificando vejámenes por amor en nombre del amor. Pensemos como ejemplo las Cruzadas, por amor a Dios, cuántos murieron. Por amor a Dios durante la evangelización cuántas muertes, sometimientos y abusos. Por amor a Dios, Alá, cuánta destrucción en la historia de la humanidad.
¿Por amor, que hago conmigo y para mí? ¿Estamos siendo libres para amarnos y amar al prójimo?
El amor, también tiene su luz y su sombra. Creemos que por amor no podemos ni debemos perdonar. Esa creencia ¿Surge de la luz o de la sombra del amor?
¿Cuántas creencias y paradigmas pulsan en nombre del amor dentro nosotros en su sombra?
¿Cuántas naciones esperan cambios que vengan de otros, sin reflexionar cada individuo en lo que debe mirar dentro de si y cambiar? Somos la potencia de 0, el 0 sumado a cualquier número, es más, si yo cambio sumo, si yo cambio y evoluciono sumo a la evolución de la humanidad.
Como sociedad e individuos ¿Qué quiero cambiar para una sociedad más justa? Para que cambie, debemos comenzar por nosotros mismos. Tener conversaciones legitimándome y legitimando al otro. Acoger con respeto las diferencias.
Escuchar en apertura y sumar miradas. Comprender que cada uno interpretamos lo que escuchamos y vemos acorde a nuestra propia historia. Prismatizamos con nuestros dolores y alegrías, ilusiones y desilusiones, esperanzas y desesperanzas, con nuestras luces y sombras.
Abramos nuestro corazón a una forma distinta de pensar y sentir, expandiendo nuestra mente hacia nuevas posibilidades para el más alto bien de todos.
¡Un abrazo de Paz para la resolución y expansión del amor en su luz!
 
Alejandra Hammerschlag

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>